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Orígenes de la producción de aceite de oliva en España

  • El origen del aceite de oliva en España se remonta, como mínimo, al siglo I a.C., bajo el mandato del Imperio Romano.
  • El verdadero origen de este cultivo parece encontrarse en Asia Menor, Oriente Próximo y, Siria, aunque también se han encontrado indicios de su presencia en el norte de África y Grecia

 

Primeros cultivos olivareros en la Antigüedad

El aceite de oliva es hoy en día considerado un producto típicamente español. El país sureuropeo se ha convertido en el primer productor y exportador de este bien tan preciado, cuyas únicas propiedades nutricionales y sabor característico le han otorgado el sobrenombre de “oro líquido”. Sin embargo, el cultivo de este árbol data de varios milenios atrás y su origen parece haberse dado lejos de las fronteras de la Península Ibérica.

 

Los motivos por los que el aceite de oliva se destaca como un bien tan preciado son varias; más allá de la variedad de sus sabores y su carácter saludable, que favorece la aparición de colesterol “bueno” y favorece el metabolismo, el aceite es la única grasa del mundo que se obtiene mediante presión, sin la necesidad de ningún tipo de técnica extra o aditivo. De igual manera, el cultivo de aceituna es muy agradecido, ya que de su explotación se aprovecha prácticamente todo, desde el fruto hasta la misma corteza de los árboles, muy valorada en el mundo de la ebanistería y un fantástico combustible. Las primeras grandes civilizaciones notaron rápidamente la importancia y los beneficios de este árbol. Aunque ya era muy valorado por los egipcios, fue en la Antigua Grecia y en el Imperio Romano donde alcanzó una inmensa expansión, llegando a territorios que luego corresponderían a países como Chipre, Argelia, Marruecos o Túnez.

 

Si bien no se es capaz de situar concretamente el lugar exacto donde se surgieron los primeros olivos silvestres, sí se puede asegurar con relativa tranquilidad que su el origen del aceite de oliva en España se dio por primera vez en la zona de Siria hace más de 6.000 años. La importancia de este árbol y su fruto queda patente en los escritos bíblicos, donde la rama de olivo se relaciona con la paz debido a su uso por parte de Noé.

Orígenes del aceite de oliva en España.
Se cree que Siria es uno de los primeros lugares donde crecieron olivos naturalmente.

Origen del aceite de oliva España

El comienzo del cultivo olivarero en el país data, según autores como Caraballo o Pedraja Chaparro, del primer siglo antes de Cristo, donde la península formaba parte del Imperio Romano de Occidente. Sin embargo, investigaciones recientes han hallado restos de hojas y huesos de aceitunas en yacimientos cercanos a Bolonia, al sur de España, que pueden datar del 3.000 o 4.000 a.C. Varios autores defienden que la entrada del aceite en Europa tuvo lugar por el Mediterráno, probablemente por el sureste del continente. Esto, unido a la cercanía con el continente africano, donde se han encontrado también restos de olivos silvestres, indica que es muy posible que el territorio de la Península Ibérica fuera el primero en conocer este árbol.

 

Sin embargo, no se puede asegurar nada, ya que el olivo ya cuenta con una enorme importancia cultural en la Antigüedad. Una de las civilizaciones en las que primó su cultivo fue en la griega, donde obtuvo un gran valor cultural y religioso. Tal es así que se tenía la creencia de que este árbol era un regalo de la diosa Atenea que, en un enfrentamiento con el dios Poseidón, hizo clavar su tridente en una roca de la Acrópolis de Atenas para que brotara un árbol capaz de alimentar, iluminar y dar perfumes a los griegos.

 

Toda la historia y la importancia simbólica del aceite en la Antigua Grecia puede venir dada por el hecho de que el olivo seguramente sea un árbol autóctono de la zona. Esta creencia se respalda debido a la existencia de un vocablo griego para el árbol, elaia (del que posteriormente se derivó el término latino oleum, raíz de la palabra oliva en castellano u olive en inglés. Si hubiera sido introducido desde Siria, seguramente habrían adoptado el hebreo zayit o zeit, como sucedió en los países del norte de África y, por tanto, en la Península Ibérica, dando lugar finalmente al término aceite en castellano.

 

Desde su inicio durante la época romana, el olivo se situó como uno de los grandes cultivos en la Península Ibérica. El origen del aceite de oliva en España se debe a la transformación de la economía romana producida en el siglo II a.C., cuando el Imperio decidió reestructurar sus cultivos para favorecer la exportación de producto. Debido a este cambio, la población hispana empezó a convertirse en la principal exportadora de aceituna y vino, con especial inversión en las cuencas del Ebro y del Betis

 

En pocos años, la Península Ibérica se convirtió en principal exportadora de este bien, superando a la itálica. La vid y el olivo, sin embargo, no fueron los únicos cultivos propios hispánicos, ya que a ellos debe sumarse el trigo, plantación tradicional de la zona y a día de hoy tercer componente de lo que se conoce como tríada mediterránea. La fuerte competitividad del mercado oléico de la época hizo que el liderazgo de Hispania en el sector fuera discutido durante diferentes periodos de tiempo, siendo la península de Istria una de las principales amenazas. Aún así, las idóneas circunstancias del suelo y el clima de zonas como el Bajo Guadalquivir hicieron posible que el cultivo del olivo sobreviviera a la caída de los romanos y se perpetuara en los diferentes pueblos que han pasado por la península hasta el día de hoy.

 

Expansión del aceite en España hasta nuestros días

La presencia musulmana en la Península Ibérica durante varios siglos sirvió para modernizar la siembra de olivos debido a la implementación de novedosas técnicas como el estudio de las diferentes variedades de aceituna y abonos, así como la optimización de las etapas de recogida. También se mejoró el arado de las tierras, que recibían dos o tres vueltas antes de la siembra. El resultado de todos estos cambios supuso un enorme aumento de la producción, abasteciendo por completo a la población y permitiendo la exportación a otros lugares.

 

Aunque resultó un cultivo de mucha importancia durante muchos siglos, no fue hasta el XVI cuando alcanzó verdaderamente su esplendor, con el avance además de la producción de aceite en provincias como Jaén, en Andalucía, a día de hoy claves en el negocio aceitero. Esto es debido al fin de una turbulenta época de guerra en la Península Ibérica conocida como la Reconquista, que acabó con la victoria de las tropas cristianas y la expulsión de la población musulmana del lugar. Este periodo bélico hizo que ambos bandos centraran su atención en en las armas y no en los cultivos, descuidando gran parte del olivar español.

 

La oleicultura impuesta por el pueblo musulmán terminó por ser olvidada por los nuevos pobladores cristianos, que tardaron mucho tiempo en conseguir un rendimiento similar al de los anteriores habitantes peninsulares. Por aquel entonces, además, la alimentación no era el único uso principal del aceite, que también se empleaba para la iluminación, como parte de rituales religiosos, como cosmético e incluso como elemento medicinal.

 

Uno de los motivos principales de la expansión del olivo a partir del siglo XVI en España es el cambio en la morfología de los campos de cultivo. Según la revista ‘Andalucía en la Historia’, el olivar español presentaba una disposición ‘dispersa’ y que no tiene nada que ver con la organización en hileras que conocemos hoy en día. Precisamente, el paso a la configuración propia del olivar moderno y el fin del Antiguo Régimen propiciaron en gran medida la expansión de los campos de olivos y la consolidación de España como principal productora aceitera del mundo.

 

La modernización del modo de producción y el avance del olivo como cultivo intensivo han propiciado que, a día de hoy, el número de hectáreas donde crece en Andalucía se haya multiplicado por diez con respecto a las que se dedicaban a mediados del siglo XVIII. Esto ha significado que la región andaluza se haya elevado como la primera productora de aceite del mundo y la principal exportadora de este bien hacia el extranjero, entre los que destacan sus negocios con Estados Unidos, China, Japón u Oriente Medio.

Origen del aceite de oliva en España
El olivo encuentra su origen en la Península Ibérica hace más de 3000 años.

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